La división internacional del trabajo impuesta por el
imperialismo, ubicó a la Argentina y demás países latinoamericanos en el papel
de simples productores de materia prima, negándoles la posibilidad de una gran
industrialización de sus economías.
Esta situación, que comenzó durante la colonización
española, continúa en la actualidad muy a pesar del “relato” nacional y popular
de Cristina y compañía, quienes profundizaron el proceso de Recolonización
iniciado por Menem en los 90.
El caudillo riojana hizo todo lo posible para poner al país en
sintonía con la ofensiva “neoliberal” -que en otras regiones llevaron adelante
Fujimori, Collor de Mello y compañía- con el propósito de hacerles pagar la gran
crisis económica de los 80 a
los trabajadores y el pueblo.
Las enormes luchas de fines de los 90 y principios de 2000
obligaron a los dueños del mundo a cambiar a estos virreyes neoliberales por
otros “nacionales y populares”, ya que las masas echaron a patadas a los
primeros, reclamando la satisfacción de sus reivindicaciones más elementales.
De esa manera aparecieron los “Socialistas del siglo XXI” en
Venezuela y otros engendros parecidos en el resto del continente, como el
gobierno de Néstor y Cristina, que no solo mantuvieron el “modelo” de primarización
de la economía nacional, sino que lo profundizaron.
Para avanzar en ese sentido, aprovecharon el “viento de
cola” proveniente de China, que gracias al aplastamiento de sus trabajadores en
la masacre de la Plaza Tianamen, se había convertido en una gran fábrica de
productos baratos en base al trabajo semi esclavo de cientos de millones de
chinos y chinas.
La venta a precios altísimos de la soja y otros productos
sin valor agregado de por medio, les permitió otorgar algunas concesiones y
adormecer la combatividad de las masas durante algunos años, haciéndoles creer
que estaban cambiando el viejo “modelo” semicolonial por otro mucho más
avanzado.
Sin embargo, durante todo ese período de cierta “tranquilidad
social” y “vacas gordas” el matrimonio presidencial no hizo absolutamente nada
para industrializar el país, sino que dedicó todo su tiempo a la tarea de
intensificar la primarización productiva, acrecentar el endeudamiento y
extranjerizar la economía.
Los Kirchner pasarán a la historia por ser quienes más
descaradamente entregaron los recursos al saqueo voraz de los grandes
monopolios -megaminería, petróleo, pooles sojeros, etc.- un proceso que
significó un verdadero salto de calidad en la Recolonización Nacional que
durante los 90 había comenzado Carlos Menem.
Contra el Capitalismo: ¡Socialismo!
Este gobierno, que pagó más de 145 mil millones de dólares,
dejó casi 300 mil millones de deuda y la mayoría de las empresas en manos
extranjeras: ¡En 1990 existían 200 grandes compañías -56 eran foráneas-
mientras que ahora llegan al 60%... en una economía en la que apenas el 15% corresponde
a productos industriales!
El fin del “mega ciclo” chino, la recesión mundial y la crisis
de los principales mercados -China y Brasil- plantea dos caminos. El primero es
el propuesto por Scioli, Macri y Massa, quienes no se plantean romper la vieja
“matriz” productiva impuesta por la división internacional del trabajo que
beneficia a los grandes imperialismos.
Para estos personajes, que tampoco se proponen acabar con la
dependencia -recuperando el control de los recursos y las empresas estratégicas-
habrá que “ajustar”, pagar la deuda y pedir nuevos préstamos. Por eso, todos
sus economistas coinciden en la necesidad de “aprovechar la existencia de
“crédito barato” para salir a endeudarse.
¡Como siempre, los intereses y el monto total de los nuevos
y los viejos empréstitos serán pagados con la super explotación de millones de trabajadores
y la desocupación de otros tantos!
La receta de los socialistas comienza por conquistar la
Independencia Nacional mediante el gobierno de los únicos interesados en lograrlo,
sus trabajadores, dejando de pagarles la deuda a los usureros y utilizando esos
fondos para poner en marcha un plan de obras que impulse la industrialización
nacional.
Los revolucionarios nos proponemos acabar con el saqueo y
utilizar los enormes recursos que tiene el país para hacer funcionar las
fábricas y construir a gran escala miles de escuelas, hospitales, trenes, vías
férreas, y viviendas populares.
Las grandes empresas y entidades financieras deben ser
puestas a funcionar en base a este plan, luego de su nacionalización bajo
control de sus propios trabajadores. En definitiva, la “receta” de los
socialistas no es otra que terminar con el sistema capitalista y reemplazarlo
por el Socialismo.
Votar al FIT y enfrentar a los continuadores de la
Recolonización
Desde CS tenemos diferencias con los tres partidos del FIT
-PO, PTS e IS- ya que centran sus respectivas campañas y la agitación política general
en el llamamiento a votarlos, para ganar bancas dentro del parlamento burgués y
fortalecer sus tareas parlamentarias.
Con la importancia que esto tiene, no utilizan las tribunas y
los spots televisivos para decirles a las masas que sus puestos legislativos
solo servirán de nada sino se usan para impulsar el único método que tiene la
clase trabajadora para ganar o defender sus conquistas: ¡La acción directa!
Al no hacerlo y tampoco agitar, sistemática y
permanentemente, la perspectiva de un gobierno obrero que inicie el camino hacia
el Socialismo, desde el PO, PTS e IS alientan -en los hechos- la posibilidad de
reformar a un sistema que no tiene cura y que debe ser tumbado de manera
revolucionaria.
A pesar de estos límites -que se expresaron en el debate
presidencial- formamos parte del Frente de Izquierda, ya que consideramos que la
obtención de cientos de miles de votos fortalecerá el proceso de ruptura con
los partidos capitalistas -por izquierda- que están llevando adelante amplios
sectores de la población.
La conquista de nuevas bancas significará, también, la
posibilidad de contar con diputados y diputadas -como Nicolás del Caño y Myriam
Bregman- que acompañarán las luchas obreras y populares en las próximas grandes
batallas contra la profundización de la Recolonización Capitalista.
Desde esta ubicación convocamos a votar a los candidatos y
candidatas del Frente de Izquierda, a fiscalizar el próximo 25 de octubre junto
con nuestros compañeros y compañeras y a ingresar a las filas de nuestra
organización.
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